Estos cuerpos extraños pueden ser granos de polvo, insectos, partículas de madera, metal o vidrio, sustancias cáusticas y corrosivas, etc. A su vez pueden ser superficiales o estar fuertemente enclavados. Si se localizan en la parte anterior del globo ocular y no están enclavados, pueden extraerse fácilmente, previa buena iluminación, con una gasa o utilizando el borde de un pañuelo, corbata o papel de seda. A veces no se ven, pero existen unos síntomas característicos que nos indican su presencia: picor, escozor, lagrimeo, dolor al parpadear, etc. En estos casos los buscaremos primero por dentro del párpado inferior, traccionando del mismo hacia abajo y dejando expuesta la conjuntiva.
Si no se encuentran allí, buscaremos en el párpado superior procediendo a la eversión del mismo. Para ello, aplicaremos un objeto delgado y alargado (como un palillo, por ejemplo) en el párpado superior y de forma paralela al mismo, presionaremos suavemente. Tiraremos entonces de las pestañas hacia arriba y detrás, envolviendo a dicho palillo que nos sirve de apoyo, para poder visualizar de esta forma la conjuntiva superior. Cuando localicemos el cuerpo extraño procederemos a su retirada.
Si esa sustancia extraña está enclavada (un trozo de madera o metal), NUNCA procederemos a su extracción, ya que aumentaríamos considerablemente las lesiones. Fijaremos si podemos una compresa estéril o un paño con esparadrapo sobre el ojo afecto y lo trasladaremos al hospital para la extracción por personal cualificado en quirófano.
En caso de sustancias cáusticas o corrosivas, intentaremos neutralizarlas o disminuir la capacidad de penetración mediante lavados con agua. Si podemos, introducimos la cara del accidentado en una pila con agua secando posteriormente con una torunda de algodón los restos de partículas, repitiendo varias veces esta operación. Intentaremos evitar la irrigación a presión sobre el globo ocular.
ES IMPORTANTE CONOCER que en la causticación por hidrocarburos no aplicaremos agua hasta que se hayan retirado todas las partículas, pues los carburos en contacto con el agua producen una elevación de la temperatura superior a veces a los 300º. Si sabemos la composición se trasladarán rápidamente al hospital. En ningún caso se realizarán movimientos de frotación con los párpados, que pueden empeorar las lesiones, ni se aplicarán colirios de cualquier tipo hasta la valoración por el oftalmólogo.
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